En el barrio vallisoletano de La Pilarica, a pesar de sus dificultades encontradas en el día a día, un grupo de vecinos lucha por mejorar la calidad de su vecindario y ofrecer actividades para los demás. Un barrio muy humilde, desde la Asociación de Vecinos trabajan sin jerarquías, ni intereses personales. Lo hacen de forma asamblearia y voluntaria.
Rubén y Pino nos explican cómo funciona el barrio, qué dificultades tienen y, sobre todo, los retos a futuro que tienen para mejorar.
¿Cuál es tu función principal dentro de la Asociación Vecinal de La Pilarica?
Rubén: mi función es vocal. Está la presidenta, que es Pino, luego la vicepresidenta, secretaria, tesorera y luego hay 5 vocales. Nos repartimos el trabajo entre todos.
Pino: yo soy la presidenta, pero aquí nadie tiene ninguna función específica. Esto es todo voluntario, cada uno aporta lo que puede cuando puede. Por ejemplo, si yo no puedo ir a una reunión, va otro de los 10 que estamos aquí y así sucesivamente. Es todo como una asamblea, aquí la voz de nadie cuenta más que la de otros. Si hay que decidir algo importante y consideramos que entre los 10 que somos no podemos tomar esa decisión, creamos una asamblea de socios y son ellos los que deciden. Todos los votos valen lo mismo.
¿Cuándo tenéis pleno en el ayuntamiento? ¿Quién suele ir?
Pino: primero, la ponencia que llevamos la discutimos en la asociación y qué puntos queremos tratar. Luego una persona se encarga de redactarla, se la pasa a todos los demás para ver si están de acuerdo y se corrige entre todos. Finalmente, quien pueda ir ese día al pleno, va y lo lee. Va el que pueda y el que quiera, porque luego hay gente que puede, pero no quiere porque le da vergüenza. El pleno del ayuntamiento impone.
Ruben: quien pueda, lo vamos repartiendo. Yo estuve en el del día 28 grabando y con tanta gente delante impone mucho estar allí.
¿Por qué vais al pleno?
Pino: vamos con la finalidad de tener reivindicaciones para el barrio. Cuando en el pleno se va a tratar alguno de los temas que nos importa porque hay alguna carencia, intentan sacar algún reglamento o que de alguna forma nos pueda perjudicar, vamos e intervenimos.
Rubén: vamos a buscar mejoras para el barrio. Solo intervenimos en temas que nos afectan por ejemplo, el pleno del centro polivalente que se hizo el día 24 de abril, eso es una cosa que nos influye, es un bien para el barrio. Todos tienen centros públicos y nosotros también lo queremos y más teniendo terrenos públicos para hacerlo. El problema es que los hacen de uso privado esos terrenos, como pasa con la Casa Verde, que es un centro neurológico, es terreno público, pero de uso privado, y pasa lo mismo con el Go-Fit, que es un gimnasio.
La casa del Centro Cívico se nos queda pequeña, somos dos barrios los que lo usamos: Barrio Belén y Pilarica.
¿Cómo describirías el papel que tiene la asociación en el barrio?
Pino: yo creo que es importante porque lucha por el barrio, estamos a 15 minutos del centro, pero estamos discriminados, con una biblioteca pequeña, sin centro médico. Si no es por la asociación, estaría peor el barrio.
Rubén: la asociación es un puente entre los vecinos y el ayuntamiento.
¿Qué te motivó a involucrarte en la asociación vecinal?
Pino: yo he vivido aquí toda la vida y siempre he tenido una cierta relación con la asociación. Unos años he vivido fuera, pero cuando volví hubo una crisis y no salía una junta directiva y como alternativa era cerrar y, después de 50 años, a mí me daba mucha pena. Así que decidí embarcarme. Llevo 3 años. Las asociaciones vecinales tienen un problema, son muy cerradas.
Ruben: a mi me motivó entrar porque es un bien que haces para el barrio, ayudas a gente mayor. Empecé este año en enero, llevo poco tiempo.
¿Cómo surge la Asociación de la Pilarica?
Pino: la Asociación de la Pilarica surge de los Jesuitas. Ellos empezaron a pedir cosas para los barrios porque aquí no había ni colegios, había calles sin asfaltar. Había muchísimas carencias y fue desde la parroquia hace 52 años. Los vecinos del barrio fueron casa por casa pidiendo dinero para comprar un local que es propiedad de la Asociación de la Pilarica, “Salón en Llamas”, en el año 70 y ahora se usa para hacer los talleres, ver películas. Ese salón estuvo muchos años inhabilitado porque se quemó y, en la crisis del 2008, llegamos a un acuerdo con Parados en Movimiento. Nosotros pusimos los materiales y ellos la mano de obra y conseguimos rehabilitar.
Rubén: aquellos años, como no se podían hacer huelgas, se reunían en la iglesia, era el punto de encuentro.
¿Qué tipo de actividades o proyectos organiza la asociación para mejorar la vida en el barrio?
Pino: nosotros nos centramos mucho en las fiestas del barrio y nos lleva mucho tiempo. Todos los meses ponemos una película, pero nuestra principal labor es reivindicativa, queremos pedir unas entrevistas con todos los concejales que nos prometieron cosas en el concejo abierto. Eso es un trámite largo, porque primero lo tienes que pedir y luego prepararlo.
Rubén: el concejo abierto es cuando el alcalde viene al barrio a que los vecinos reivindiquen lo que se necesitaba en el barrio.
¿Qué hacéis en el salón en Lamas?
Pino: el Salón de Llamas queremos que se use, porque nos cuesta lo mismo que esté abierto o cerrado. Lo que hacemos es ofrecérselo a todos los que tengan una iniciativa gráfica, musical, teatral o alguna exposición de un libro. Nosotros no cobramos nada, pero ponemos una pequeña barra y con lo que sacamos es para los gastos que tiene el salón. El gobierno no nos subvenciona porque es propiedad privada. Solo cobramos un 10% si haces cursos, pero si cobras una entrada, la Asociación no se lleva nada.
¿Cómo se organiza el trabajo y la toma de decisiones dentro de la asociación?
Rubén: el trabajo es asambleario, todos los martes nos reunimos y se hablan las cosas entre todos.
¿Cuáles consideras que son los principales retos actuales del barrio?
Pino: mejorar los centros que nos hacen falta, como es un ambulatorio, un centro de día, supermercado o correos. Tenemos pensado recoger firmas para mandárselas a las firmas comerciales para que vean que es una necesidad en el barrio. Además, es un barrio muy antiguo que tiene muchos rebajes y es un problema para los señores con sillas de ruedas o una madre con el carro de su hijo es un problema. También, estamos luchando contra la brecha digital, para ayudar a la gente mayor a hacer trámites digitales.
¿Cómo percibes la participación de los vecinos en las iniciativas de la asociación?
Pino: pues como les interesa, a las fiestas, a las sopas de ajo y a la paella vienen todos. Pero cuando hay que hacer algo, si no les interesa mucho, no te ayudan.
¿Qué mecanismos utilizáis para recoger las necesidades y propuestas de los vecinos?
Pino: A la Asociación de Vecinos puede venir todo el mundo, además, tenemos un grupo de wasap para las quejas vecinales. Es un barrio muy pequeño, la gente te ve por la calle y te para y te cuenta sus preocupaciones o problemas.
Rubén: al final la Asociación es un puente entre vecinos y el Ayuntamiento. Pero, de los vecinos, hay parte que te agradece ese cariño y otros que no tanto. Muchos vecinos piensan que de aquí sacas algo y esto se hace sin ánimo de lucro. Pero mucha otra gente te agradece y eso es lo que me anima a seguir, y sobre todo que la gente joven quiera entrar en la asociación.
¿Cómo valoras la relación de la asociación con las administraciones públicas?
Pino: eso depende mucho del color del ayuntamiento. Cuando es de izquierda, esto promueve más mecanismos para llevarte bien con ellos, promueve la mesa de la movilidad, la discapacidad y de vez en cuando se reúnen. Y si el ayuntamiento es de derechas, deja más de lado las asociaciones, lo arreglan con un consejo abierto aquí y vienen al barrio a hacer el espectáculo. Es más fácil que nos reciban cuando el ayuntamiento es de izquierdas, pero cuando vamos a protestar, nadie nos quiere recibir.
¿Qué impacto crees que tiene la asociación en la cohesión social del barrio?
Pino: yo lo valoro con buenos ojos y a futuro estoy esperanzada porque han entrado cuatro personas nuevas que no tenían ninguna relación con la Asociación antes.
¿Qué cambios te gustaría ver en el barrio a medio plazo y cómo puede contribuir la asociación a lograrlos?
Pino: nos gustaría que hubiera más espacios para los jóvenes, ya que hay mucha gente en la plaza fumando porros y si les das alguna alternativa, pues a lo mejor la cogen. Yo he pensado en algún local y que estén controlados por alguna persona y sobre todo que ellos cuenten, qué les apetece hacer. Por ejemplo, un futbolín, tenis de mesa, cartas, parchís o un taller de música electrónica. Estamos en contacto con la Asociación A Pie de Calle, que quiere trabajar un poco en todos los barrios esos temas y a ver cómo podemos colaborar. También queremos incidir en las personas mayores, en la soledad no deseada. Además, estamos en un proyecto en la Asociación Antonio Machado de barrios vulnerables. En definitiva, queremos mejorar un poco el barrio.
Rubén: hace años había un centro que pertenece a la parroquia y allí se reunían muchos jóvenes y había futbolín, tenis de mesa, parchís, damas… y tú pasabas y había un montón de jóvenes reunidos.
¿Qué mensaje darías a los vecinos que aún no participan en la asociación para animarles a unirse?
Pino: muchas veces pensamos que la administración se tiene que ocupar de todo, pero el problema es que muchas veces no tiene ganas. Es importante que haya alguien entre los vecinos y la administración para exigir todo lo que no llega, que son cosas muy sensatas que pedimos. En conclusión, la Asociación es necesaria para salvar el barrio y hacerlo mejor.
Rubén: cada vez está creciendo la asociación, pero animamos a la gente joven a que también participe. Ellos también están implicados en el barrio y les pertenece como barrio y su voz también cuenta.
