La Victoria, un barrio por y para los vecinos

parque

Un asociación que desde 1977 lucha por temas, a veces, totalmente asumidos en la sociedad, pero que para conseguirlos no han parado de reivindicarse.

“En una generación con ansias de libertad y de intentar mejorar la vida de los barrios obreros como La Victoria” nace hace más de 40 años, la “Asociación Familiar del Barrio de La Victoria”, ahora conocida como Asociación Vecinal Los Comuneros. Su actual presidente Javier Sánchez Fernández lo describe también como “una época y un espacio en el cual se rompió el miedo a participar y asociarse”. Desde ese momento, la Asociación no ha parado de reivindicar y luchar por un barrio por y para las personas. 

Su actual nombre y la palabra “Los Comuneros” está vinculada con la rebelión Comunera del siglo XVI centrada por varios motivos, entre ellos, el levantamiento de Carlos I por parte de distintas ciudades castellanas. Y, por este hecho histórico, la Asociación quiso potenciar el respeto y colaboración ciudadana que hubo ese momento para el mantenimiento del bien compartido y es lo que representa la palabra “Comuneros” para ellos. 

Recorrido por su historia

Construido por gente trabajadora, el inicialmente denominado “Barrio del canal”, y posteriormente renombrado barrio de La Victoria, cuenta con una historia un tanto reciente, pero de la que muchos han sido testigos durante toda su vida. Desde la creación de un canal en el S. XIX hasta su ya conocida trayectoria e importante participación en la red de ferrocarriles, donde al principio se encontraban fábricas de harina o naves, poco a poco empiezan a crearse zonas suburbanas y se consolida su identidad obrera.

Se fueron estableciendo necesidades básicas como el alumbrado eléctrico o el recolector de residuales, pero también industrias, como la fábrica de harina “Flor del Pisuerga”, recordada por su localización al inicio del barrio. 

Imágenes cedidas por la Asociación

Crecimiento del barrio

Al ser un territorio relegado al individuo nómada, muchas veces ha terminado siendo tachado de punto de paso, denominaciones como esta también ayudaron en la creación de la recordada posada D. Melitón Gutiérrez situada en el Paseo del Muelle. Por lo que poco a poco se fueron instaurando no solo los cimientos físicos del barrio, sino también el sentimiento de comunidad entre los residentes. 

Para los años 30 el barrio ya se encontraba totalmente establecido, muchos abogaban por que el Pisuerga se convirtiese en el eje principal de la ciudad, y esta idea influyó de lleno en la formación del barrio aún más al encontrarse al otro lado del río.

Sentimiento obrero

La Victoria nunca ha perdido su alma obrera y la posguerra no fue diferente, con algunas dificultades económicas, los vecinos pudieron ver un rayo de sol al poco a poco ver cómo se fueron construyendo más puentes que unían el lado derecho del Pisuerga con el izquierdo. Esta comodidad la consolidan en los años setenta con la creación de las zonas de Huerta del Rey y consecutivamente Parquesol.

Uno de los edificios o fachadas más antiguas de todo el barrio es la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Victoria. Su historia se remonta a siglos atrás, cuando incluso aún se llamaba Monasterio de los Mínimos o de nuestra señora de La Victoria. Más tarde, en 1964 el edificio fue derruido, conservando la fachada. Esta fue incorporada al nuevo templo de Nuestra Señora de la Victoria en el año 1969 y es la que actualmente se puede apreciar en la calle Fuente del Sol.

Imagen cedida por la Asociación

De camino a la actualidad

Todo el sentimiento de comunidad culminó con la creación de la “Asociación Familiar del Barrio La Victoria” en 1973, que tras unos cuantos cambios, en 2012 se terminó por denominar “Asociación Vecinal Los Comuneros”. Nombrado así por la Rebelión Comunera del S. XVI en Castilla contra el rey Carlos I. Con ella, según palabras de los miembros, buscan  “Potenciar el respeto y colaboración de la ciudadanía para el uso y mantenimiento del bien compartido. En este caso, ese bien es nuestro espacio vital más cercano como es el Barrio”.

Esta agrupación nace de la necesidad de solucionar y tener un orden de las carencias que existían, con servicios tan básicos como zonas verdes o calles pavimentadas. Años tras la dictadura que afectó a todo España, el barrio perdió el miedo a participar y asociarse, llegando incluso a contar con la primera sede del partido comunista de Valladolid. Por lo que junto con la iglesia, unieron fuerzas y crearon un espacio vital para el desarrollo de La Victoria y llegaron a conseguir acciones tan importantes como la urbanización de la plaza de la Solidaridad o la dotación de equipamientos educativos o sanitarios.

Todo esto demuestra la importancia de la asociación dentro del barrio. Ya que se canaliza perfectamente su función: ser un instrumento para recoger y guiar las inquietudes y propuestas de los vecinos y vecinas que viven en él barrio y así hacer un lugar donde se viva mejor.

Conclusión

La Asociación tiene un gran recorrido histórico y ha sabido mantener el espíritu del compromiso vecinal a lo largo de más de cuatro décadas. Después del constante trabajo por parte de todos los vecinos y la asociación, se han conseguido muchos beneficios para el barrio. Los momentos clave que han marcado la historia de la asociación están relacionadas con ello, » lo que mas ha marcado a la asociación ha sido la consecución de alguna de nuestras demandas históricas «. 

Con perspectiva del futuro, se enfrentan a nuevos retos. Por ejemplo, la necesidad de un Centro de Día para personas mayores, la mejora de la movilidad urbana y la conservación del entorno natural, entre otras. Por otro lado, los responsables de la asociación se encuentran ante dos desafíos: la falta de gente joven. Y que estos estén interesados en las actividades y organización de la asociación, con el objetivo de hacer un relevo generacional. Y, por otro lado, a dificultad para adaptar sus contenidos al entorno digital.

Los Comuneros no solo honran un legado histórico de lucha colectiva, sino que representan un pilar clave para el futuro de La Victoria. Un barrio que con su unión no solo transforman calles y edificios, también construyen identidad, memoria y futuro. El cual, en La Victoria, va a seguir escribiéndose en comunidad. 

Si tienes curiosidad por saber más visita la página web de la asociación o puedes acudir al barrio para verlo con tus propios ojos.

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